(En la foto, la Camarada Candela en la lectura de versos previa al Coloquio). Empezó el turno de intervenciones FABIO MARTÍNEZ. En nombre de la Asociación Vieja Escuela Madrid, agradeció la asistencia al público y a los Ponentes. Reconoció que se trataba de un plantel de verdadero lujo para un mejor conocimiento de la División Azul. No se olvidó de disculpar al Ponente LUIS LÓPEZ NOVELLE, que, a pesar de que no pudo acudir por razón del nacimiento de uno de sus nietos, se brindó a ofrecer al CNL una charla o conferencia cuando fuera menester. Animó a los jóvenes a seguir el ejemplo de abnegación y sacrificio que supone la gesta de la División. Imitarles para ser mejores. Acto seguido, la Camarada CANDELA procedió a leer unos poemas en memoria de los Combatientes de la División Azul. Se trató de un emotivo homenaje hecho por los más jóvenes a los protagonistas de la Gesta. Especialmente emocionante resultó la lectura del Poema ESPLENDOR EN LA HIERBA de William Wordsworth.
Aunque mis ojos ya no puedan ver ese puro destello,
que en mi juventud me deslumbraba;
aunque ya nada pueda devolver
la hora del esplendor en la hierba
de la gloria en las flores,
no hay que afligirse.
Porque la belleza siempre subsiste en el recuerdo.
(En la foto, detalle de los asistentes). Posteriormente, tomó la palabra NACHO TOLEDANO para explicar las reglas mínimas del Debate, consistentes en una intervención de diez minutos de cada uno de los Ponentes, seguida por otra ronda de intervenciones de cada uno por mismo tiempo para tratar temas de interés tocados en la primera tanda. Después, se entra en polémica y se da la palabra a las preguntas de los asistentes del público. Agradeció su asistencia tanto a los espectadores del Debate como a los Ponentes en nombre del CONSEJO NACIONAL DE LIBERACIÓN precisando que no resulta fácil organizar Debates como este en el que estaban. Reunir a personas de profundo conocimiento sobre el tema que se quiera tratar y hacer que coincidan, en su mayoría, a determinada hora en una Mesa como aquella es muy difícil. Quiso explicar el título del Debate. La memoria de la Gesta Española en Rusia desde 1.941 no debe circunscribirse al reiterativo recuerdo a fechas y batallas. Debemos honrar la memoria de los Caídos en lo que tienen de ejemplo para nuestra lucha en 2.012. Su sacrificio y su combate constituyen un ejemplo de compromiso, y nos brindan valores y enseñanzas perfectamente asimilables al presente de España.
(En la foto, la Mesa de Ponentes). Empezó el turno de intervenciones ENRIQUE URIBE, editor de EDICIONES BARBARROJA. El comienzo de su intervención fue marcado por la definición que, de la División Azul, nos ofrece el Diccionario de Historia Militar. Esta obra la define como la unidad militar española que integrada en el Ejército Alemán (División 250) combatió en el Frente del Este durante la Segunda Guerra Mundial. Estaba formada por voluntarios y empezó a organizarse inmediatamente después de comenzada la guerra entre Alemania y la URSS el 22 de Junio de 1.941. Continuó explicando el Ponente que aquel 22 de Junio de 1.941 había comenzado la llamada Operación Barbarroja, que era la denominación de la ofensiva alemana a la URSS. Todas las naciones de Europa comprendieron que nos encontrábamos ante un hecho verdaderamente histórico y trascendente: la lucha real y armada frente al Régimen Soviético. Tanto los países aliados de Alemania, como voluntarios de las distintas naciones europeas ocupadas por Alemania, quisieron participar en la lucha contra el régimen criminal de Stalin. A esta lucha, se unieron pronto voluntarios de las naciones sojuzgadas por la Rusia Comunista y liberadas por Alemania, así como soldados de otros muchos pueblos que, prisioneros o huyendo, lograron llegar a las líneas germanas para luchar a muerte contra el Comunismo. Se trataba de un combate idealista frente a la esclavitud materialista del marxismo. Dentro de este marco histórico de entusiasmo europeo ante una nueva era marcada por la destrucción del bolchevismo, debemos encuadrar el fenómeno español de la División Azul. Desde un punto de vista editorial, la División 250 es la unidad de combate que ha originado un mayor número de publicaciones. Lejos de ser una unidad orgánica de un ejército estable, fue una unidad de voluntarios que tan sólo tuvo un par de años de duración. Después de la División Azul y de la Legión Azul, persistirán pequeños grupos de voluntarios que lucharán en las Waffen SS hasta 1.945. La División 250 luchó prácticamente en un sólo frente. Primero el Wolchow y luego Leningrado. Sus integrantes, además, pertenecían a una nación formalmente neutral.
El alto índice de voluntarios universitarios -prácticamente la totalidad del SEU madrileño se encuadra inicialmente en la Unidad- es, tal vez, uno de los factores que producen que existan muchos AUTORES DIVISIONARIOS. Estos autores pueden clasificarse en CONSAGRADOS, tales como Dionisio Ridruejo, Tomás Salvador o Luis Romero. También en aquellos autores de MENOR PRESTIGIO, como pueden ser Fernando Vadillo, Antonio José Hernández Navarro o José Díaz de Villegas. Por último, existen autores que SÓLO han escrito obras concretas de su experiencia divisionaria y de su estancia en Rusia (por ejemplo, el Capitán Palacios por medio de Luca de Tena en Embajador en el Infierno). En este punto, sorprende la gran cantidad de títulos autobiográficos publicados con escaso, o nulo, apoyo oficial: Con la División Azul en Rusia de José Martínez Esparza, de Ediciones Ejército; Yo, muerto en Rusia de Moisés Puente y La Rusia que yo conocí de Angel Ruíz Ayúcar, ambas de Ediciones del Movimiento o la reimpresión de Ida y Vuelta de José Antonio Hernández Navarro o Agonía de un Neutral de Raymond L. Proctor, ambos por Editora Nacional. Resulta un hecho deplorable que la casi totalidad de los volúmenes monográficos de Historia General de la División 250 sean realizados por autores extranjeros. Son muy escasos los estudios historiográficos de carácter científico. En la actualidad, se ha presentado la obra UN NOBLE ESFUERZO EN UNA CAUSA PERDIDA de Juan Romero y Carmen Peña, último libro escrito sobre el tema y editado por Ediciones Barbarroja.
La línea argumental de la literatura divisionaria puede definirse en una serie de puntos comunes. Un nulo tono antiruso, sin ningún desprecio al pueblo al que -teóricamente- estaban combatiendo. Una sincera preocupación por transformar la sociedad, siendo muy escasos -o inexistentes- los libros de tono reaccionario o de anticomunismo primario. Un compromiso falangista de carácter revolucionario. Pioneros en la narración de los horres del Gulag. Muchos militares profesionales provistos de documentación y papeles personales. Existen verdaderos biógrafos de la División, que han podido configurar una historia de la Unidad en clave literaria. Una narración directa de experiencias vividas y una abstracción de la guerra. Resulta muy interesante la posibilidad de encuadrar la obra literaria de la División en DIVERSAS FASES CRONOLÓGICAS: Primera fase durante la misma Guerra; segunda fase tras la repatriación de los prisioneros; tercera fase en los años sesenta; cuarta fase al final del Régimen de Franco y quinta fase en la actualidad. La bibliografía divisionaria no sólo es importante por el número de obras y la calidad de las mismas, sino también por su permanencia misma del tema en la actual producción editorial. Todo ello dentro de un contexto general de carencia de apoyo institucional e, incluso y muy frecuentemente, de beligerancia hacia la División Azul y hacia los divisionarios por parte de amplios sectores de la opinión pública pero, singularmente, de hostilidad de los círculos intelectuales. Estos círculos pretenden encarnar en ella a una auténtica bestia negra de la Historia Contemporánea Española.
(En la foto, otro detalle de la Mesa). Le siguió en el uso de la palabra FABIO MARTÍNEZ. Empezó agradeciendo los apoyos políticos que han permitido que, año tras año, los Caídos de la División Azul hayan podido ser homenajeados en actos públicos. El Acto de La Almudena es un referente a nivel nacional. Comenzó siendo una iniciativa de unos pocos Camaradas: hoy son muchos los que lo hacen posible. Dicho esto, pasó a relatar -de forma viva y emocionada- distintas vivencias de su padre en Rusia. El Soldado ENRIQUE MARTÍNEZ de la Primera Compañía del 269 Regimiento del Comandante Blanco. El 10 de Febrero de 1.943, en plena Batalla de Krasni Bor, la unidad montó un Hospital de Campaña en el pueblo de Viashtelevo, a orillas del Río Ishora, en un pequeño teatro abandonado. Ese día murieron allí muchos españoles, literalmente destrozados por el fuego enemigo. El pelotón del Soldado Enrique Martínez estaba mandado por el Sargento Primero García Matamoros. Ambos eran muy amigos, estando formado el pelotón por muchos Camaradas del SEU madrileño. En ese día, el pelotón del Sargento García Matamoros luchaba al lado del pelotón del Sargento Primero Garrido. Ambos pelotones intentaban contener la avalancha del ataque soviético en mitad de un auténtico vendaval de fuego y metralla. Resultó herido el Sargento García Matamoros. Lo llevó a retaguardia, al pequeño Hospital, el Soldado Martínez. Moribundo, el Sargento le instaba a Martínez a no quedarse con él y a volver a la posición. Te necesitan allí decía... si no les paramos aquí podrían volver a España... El Médico indicó que al Sargento ya no se le podía salvar, y el Soldado Enrique Martínez volvió a la posición. El Soldado Enrique Martínez El Gorrión (así llamado porque era el más joven de su Compañía) participó ese día en el furioso contrataque junto a los escasos sobrevivientes que seguían luchando -cinco o seis soldados de esos pelotones- que, a base de bombas de mano, bayonetas y fuego de fúsil, cerró la brecha que habían abierto los rusos con fuerzas infinitamente superiores. Los cadáveres rusos se amontonaban a su alrededor de manera dantesca. Cerca, en otra posición, el mítico Angel Salamanca y un Soldado de Córdoba obedecían las últimas órdenes del Capitán Teodoro Palacios antes de caer prisionero: resistir hasta la muerte. Al día siguiente, y en el mismo campo de batalla, los once supervivientes de la Compañía del Soldado Enrique Martínez se les impuso -sobre el campo- la Cruz de Hierro de Segunda Clase. Por esa acción de guerra, el Sargento Primero García Matamoros recibió la Medalla Militar Individual a título póstumo. Aquel día se cubrieron de Gloria las armas españolas. Febrero de 1.943. Batalla de Krasni Bor.
El padre de FABIO MARTÍNEZ le dijo -en muchas ocasiones- que si le contaba todo esto era para mantener vivo el recuerdo de todos aquellos que cayeron allí, y que ellos merecerían ser siempre reconocidos y honrados. Así lo hacemos en el presente y así debemos seguir haciéndolo en el futuro. Tomarlos como ejemplo de abnegación, de sacrificio y de compromiso. Y seguir honrando su memoria.
Tomó la palabra GUSTAVO MORALES, que pretendió hacer un breve recorrido histórico de la vida de la trayectoria militar y política de los españoles en Rusia. Desde el mismo día del ataque a Rusia -el 22 de Junio de 1.941- una ola de sentimiento de trascendencia histórica recorrió Europa. Jóvenes de todas las naciones europeas vieron -en este ataque- la oportunidad de terminar con el Comunismo presentándole batalla en su propio baluarte: la Rusia Soviética. En España se lanzó un grito entonces famoso, y que resumía las creencias e inquietudes de muchos de los jóvenes que después se alistaron... ¡¡¡RUSIA ES CULPABLE!!! La lucha por una nueva sociedad pasaba -inevitablemente- por la destrucción del bolchevismo y del régimen genocida de Stalin. Una gran manifestación -organizada por el SEU de Madrid- recorre la Calle de Alcalá, y Falange empieza a organizar banderines de enganche y oficinas de reclutamiento. Se desbordan las previsiones y se enrolan el triple de voluntarios de los precisos. Se forma una División con aquellos famosos Batallones de Marcha y salen para Alemania en medio del júbilo popular. La composición de esta unidad de voluntarios es mayoritariamente falangista, También existen militares profesionales y soldados del Ejército de Africa. Los Jefes y Oficiales son militares de carrera, dotados de una gran experiencia militar -en las Guerras de Africa y de España- y de un alto conocimiento y pericia profesional. Después de recorrer Europa en tren -analizó el paso de los divisionarios por Europa en su viaje hacia Alemania- llegan al Campamento alemán de Grafenwöhr. En cuatro semanas, la unidad está lista y organizada para salir al Frente del Este. La uniformidad es alemana, pero adaptada rápidamente al peculiar carácter español. Las camisas azules con los cuellos por fuera de las guerreras, los emblemas falangistas, las adaptaciones del equipo a las verdaderas necesidades del soldado español (desaparecen las máscaras antigás, por ejemplo, y se usa su recipiente para otras cosas). Un prodigio de organización y de rapidez en la puesta a punto de una gran unidad. La marcha a pie a través de Polonia y Rusia. La llegada al Frente del Wolchow. La primera ofensiva y la gesta de la Compañía de Esquiadores del Capitán Ordás en el Lago Ilmen. Posalok y Los Cuarteles. El cruce del río. Las elevadísimas bajas y el crudísimo invierno de 1.941 a 1.942 con un equipo inadecuado. El cambio de frente y el Sitio a Leningrado. Las distintas unidades que formaban la División y sus Jefes y Oficiales. La Batalla de Krasni Bor librada a la manera española alrededor de posiciones erizo fortificadas en vez de las acostumbradas líneas contínuas alemanas. La costumbre de los Oficiales españoles de encabezar los ataques y de correr riesgos personales. Las miles de bajas. La repatriación de la División 250 al girar la política exterior española y derivar hacia las simpatías aliadas. La Legión Azul y su retirada. Los últimos combatientes españoles encuadrados en las Waffen SS y Miguel Ezquerra. El final y la defensa de Berlín. Todo ello ha formado una mística propia alrededor de una gesta única en la Historia. Y las anécdotas. Las centenares de anécdotas que han girado en torno a los voluntarios españoles. Su carácter particular en contraposición a la rigidez alemana. Sus excelentes relaciones con la población civil y su constante confraternización. Su valor heróico y su ferocidad combatiente. La resistencia numantina de Krasni Bor y el fracaso de una ofensiva soviética realizada con efectivos más de diez veces superiores. Carros de combate atacados de forma personal, sin más armas contracarro que las minas antitanque. La epopeya de los prisioneros y su cautiverio de once años. la vuelta a España en el Semíramis. La marcha de los voluntarios en medio de una España que les aplaudía, y su vuelta en una cierta ocultación a raíz de considerarse molesta su existencia en aras de las exigencias de la política exterior franquista. Los voluntarios españoles de la Escuadrilla Azul y de la Kriegsmarine Azul. Una amena y entretenida intervención de GUSTAVO MORALES que relató todos estos hitos divisionarios de una forma ágil y comprensible.
(En la foto, detalle de los asistentes). Terminó la primera ronda de intervenciones MANUEL MAQUEDA. Comenzó explicando que la gran historia de la División es conocida, a grandes rasgos, por todos nosotros. Prefería, por tanto, orientar su intervención a hablar de anécdotas y mitos que -muchas veces de mala fe- han acompañado a esta gran unidad militar. Se ha dicho -Jorge Martínez Reverte... el Reverte malo- que no se trató de una División de Voluntarios, y que los soldados fueron obligados a servir a la misma. Eso es absolutamente falso. Fueron voluntarios, aunque existieron tantas motivaciones para alistarse como soldados alistados, en esa costumbre tan española de la individualidad rabiosa. Sin embargo, existían caracteres comunes de los sentimientos de estos soldados. Fueron a Rusia a devolver la visita a los comunistas. En 1.941 estaban todavía muy recientes los macabros hallazgos de la represión comunista dentro de la Zona Republicana. El papel de la Rusia Soviética -como principal valedora del bando derrotado- la hacía merecedora de los principales reproches morales y políticos de los vencedores. Rusia era culpable -sus asesores lo habían sido en las tareas de represión en retaguardia- y así era sentido sinceramente por el conjunto de la joven militancia falangista. Paracuellos era una realidad cercana, que se iba conociendo poco a poco en sus íntegras notas de horror y devastación moral. Existía, por otra parte, un deseo evidente de transformar la sociedad. El nacionalsindicalismo creía poder hacer la Revolución mediante la derrota militar de la Rusia Soviética. Empujar a España hacia una posición beligerante teniendo siempre en mente la recuperación de Gibraltar. Fueron voluntarios mayoritariamente falangistas los que engrosaron las filas de la División 250. Este carácter políticamente uniforme -así como la alta profesionalidad de sus mandos militares- permitió dotar a la División de una cohesión orgánica en muy poco tiempo. La preparación de la División con tanta celeridad para el combate es todo un éxito desde el punto de vista militar y logístico. La rapidez con la que esta Unidad dice mucho no sólo acerca de alta motivación idealista, sino también de su excelente preparación militar. Máxime si se tiene en cuenta que luchaban en un ejército extranjero y con una estructura orgánica y logística muy diferente a la española. No se trataba de soldados políticos, en el sentido de pertenecer a la rama armada de un partido político -al estilo de las Waffen SS- sino que se trataba de soldados dotados de una alta motivación política. Otro de los mitos negativos es el que habla de sus malas relaciones con sus compañeros de armas alemanes. Esto es también falso. Las relaciones eran buenas -los alemanes siempre reconocieron la dureza y la valentía de los españoles, y los reconocían y admiraban como combatientes- aunque se produjeron choques producidos por los temperamentos diferentes. La Felgendarmerie alemana pidió al Estado Mayor que fueran los propios españoles quienes se ocuparan de la seguridad y policía dentro de la Unidad. Fue la Guardia Civil la que se ocupó de ello, al objeto de facilitar en lo posible estas importantísimas funciones. Se ha dicho que la marcha a pie a través de Polonia y de Rusia hasta la línea de fuego del Wolchow fue un factor de mala fe y desprecio por la parte alemana. Sin embargo, eso tampoco es verdad. No existían transportes suficientes por ferrocarril para trasladar a toda la División hasta el corazón de Rusia. La División 250 era una sencilla División de Infantería del Ejército Alemán que no estaba mecanizada. Sus transportes y suministros eran animales -hipomóviles- y no estaba provista de carros de combate ni de transportes mecanizados en gran número. Su armamento no siempre fue el más adecuado. Careció de armas contracarro efectivas frente a los T-34 y los KV-I y II soviéticos, que eran las puntas de lanza acorazadas de sus grandes ofensivas. Esta ausencia de armas contracarro hizo que tuvieran que atacarse personalmente -mediante minas y explosivos- los carros de combate rusos. La extremada dureza de las condiciones climatológicas en las que combatió la División Azul hace aún más grande, si cabe, la gesta española en Rusia. Las armas, por ejemplo, no podían limpiarse al aire libre en invierno, ya que el metal quemaba la piel al estar congelado. El mantenimiento de las armas personales y de las ametralladoras limpias eran la máxima preocupación del infante español. Se refirió también al carácter distinto de los dos Generales que tuvo, a su mando, la División. Muñoz Grandes era falangista, y pronto alcanzó una aureola mítica entre los soldados. Estaba con ellos. Eran frecuentes sus visitas al frente y a primera línea. Esteban Infantes era un militar estrictamente profesional de carácter más serio y reservado que tuvo una relación mucho más fría y distante con los soldados. Tuvo que lidiar, casi al empezar a mandar la División, con la terrible Batalla de Krasni Bor.
(En la imagen, una parte de esta segunda fase del Coloquio). Terminada esta primera ronda, NACHO TOLEDANO dió paso a la segunda, formulando cuestiones a los Ponentes relacionadas con el contenido de sus primeras intervenciones. ENRIQUE URIBE anunció que, los mejores libros para aproximarse a la Blau Division eran -a su juicio- DIVISIÓN 250 de Tomás Salvador, la obra formada por la serie de libros de Fernando Vadillo y, a pesar de que es muy discutida, BERLÍN, A VIDA O MUERTE de Miguel Ezquerra. Estos libros son de lectura indispensable para todo aquel que quiera tener un conocimiento exacto de lo que supuso esta unidad militar, los hechos de armas en los que participó y la composición sociólogica de sus integrantes. ENRIQUE URIBE cree que las obras recientes que han tratado el tema, tales como las obras de IGNACIO DEL VALLE -El Tiempo de los Emperadores Extraños y Los Demonios de Berlín- de LORENZO SILVA -Niños Feroces- o la adaptación cinematográfica de la obra de Del Valle SILENCIO EN LA NIEVE dirigida por Gerardo Herrero no constituyen un acercamiento afectivo de ciertos círculos de la inteligentzia intelectual hacia el fenómeno histórico de la División Azul. Se trata de un marco exótico en el que ambientar novelas de intriga o suspense -como es el caso de Del Valle- o de instrumentos tortuosos de llegar a conclusiones de naturaleza contraria a lo que supuso la ideología de la División. Como ocurrió con Soldados de Salamina se acercan a nuestra realidad, aunque introduciendo un mensaje -más o menos oculto- que tiende a desvirtuarla dentro del conjunto total de la historia contada. FABIO MARTÍNEZ refirió detalles de su infancia y juventud pasada entre divisionarios. Hombres que contaban sus historias míticas de combates en lejanas tierras, y que le servían de permanente ejemplo y espejo de virtudes. Insistió en que su valor y su abnegación -a un nivel hoy inexistente en el joven español de 2.012- constituyen el mejor ejemplo para nuestro compromiso político actual. Honor a nuestros Héroes del pasado, y lucha incesante en el presente. GUSTAVO MORALES se refirió a la Batalla de Berlín y a la circunstancia de ser una batalla combatida por fuerzas multinacionales frente al marxismo. Españoles, belgas, franceses, holandeses, ingleses... defendieron las ruinas de Berlín con valor y decisión mítica. Esto no fue más que la última circunstancia de ser la Segunda Guerra Mundial una Guerra Civil Europea. Una guerra en la que se enfrentaron -con independencia de los países concretos a los que pertencían- ciudadanos de distinta ideología y escalas de valores. Los defensores del Comunismo, los defensores del capitalismo y los defensores de la Tercera Vía que las potencias del Eje representaban. Los voluntarios españoles no eran los asépticos anticomunistas que el Régimen de Franco primero, y ciertas interpretaciones progresistas del falangismo después han querido significar. Se trataba de voluntarios fuertemente identificados con la idea imperante del fascismo y coincidentes con la idea de Orden Nuevo Europeo que traería consigo la victoria militar alemana. Por último, MANUEL MAQUEDA enumeró las armas personales y pesadas que llevaba consigo el infante español en Rusia -el fúsil maúser K-98, el subfusil MP-40, la ametralladora MG-34- y volvió a relatar distintas anécdotas que demuestran la adaptación del voluntario a las característícas del Frente Ruso y a las peculiares circunstancias de su encuadramiento y de su entrada en línea de batalla.
Concluyó la ronda de intervenciones con aquellas destinadas al público asistente. Destacó, por su originalidad, aquella que trató del posible papel de la MUJER en la División Azul. Se refirió GUSTAVO MORALES a la intervención de las Enfermeras de la División, comandadas por MERCEDES MILÁ, abuela de la presentadora. Se habían fusionado las Damas de la Sanidad Militar y las enfermeras procedentes de la Sección Femenina. Estas mujeres valientes estuvieron siempre a la altura de lo que se las exigió, en medio de circunstancias terribles motivadas por los fortísimos ataques enemigos, las imposibles condiciones climatológicas y el elevadísimo número de bajas. Asimismo, se refirió al enorme trabajo desarrollado por la Sección Femenina en España, mediante la recogida de ropas de abrigo y envío de paquetes de comida y provisiones a los divisionarios. Por último, destacó la labor de las llamadas MADRINAS DE GUERRA. Mujeres que, casi siempre sin conocer personalmente a los destinatarios de sus cartas, escribían constantemente a los divisionarios influyendo positivamente en su moral.
Por último, NACHO TOLEDANO anunció oficialmente la creación de dos nuevos foros públicos de debate y exposición de ideas patrocinados por el CONSEJO NACIONAL DE LIBERACIÓN. El Cine-Club Itinerante "CINE PARA LA LIBERACIÓN" -que comentará y debatirá películas en distintas localidades españolas durante 2.012- y que comenzará en la Sede de GUADALAJARA el próximo Sábado día 3 con la proyección y debate posterior de LAS UVAS DE LA IRA de John Ford; y las Mesas de Debate CUADERNOS PARA LA LIBERTAD, que comenzarán su actividad el próximo Sábado 10 de Marzo con el Debate "LA ESPAÑA DE RAJOY: UN RETROCESO A NUESTRA LIBERTAD".
Y con esto se puso fin a un interesantísimo y ameno Coloquio que ha contribuído a profundizar en nuestros conocimientos sobre la DIVISIÓN AZUL. Desde luego, ejemplo de valor español y de compromiso revolucionario.