domingo, 6 de mayo de 2012

SEGUNDA MESA DE DEBATE DE "CUADERNOS PARA LA LIBERTAD" SOBRE "LOS CAMINOS DE LA INSURRECCIÓN".

(En la foto, los Ponentes de esta Segunda Mesa de Debate. De izquierda a derecha: Enrique Uribe, Rebeca Morodo, Nacho Toledano, Israel Galve y Miguel de Rodríguez). El pasado Sábado 5 de Mayo de 2.012, ha tenido lugar la Segunda Mesa de Debate de "CUADERNOS PARA LA LIBERTAD", sobre el tema de "LOS CAMINOS DE LA INSURRECCIÓN". Bajo la moderación de NACHO TOLEDANO (falangista y miembro del Consejo Nacional de Liberación), asistieron los siguientes PONENTES, todos ellos de adscripción política falangista: ENRIQUE URIBE (editor de EDICIONES BARBARROJA), REBECA MORODO (analista), ISRAEL GALVE (responsable juvenil de Guadalajara) y MIGUEL DE RODRÍGUEZ (especialista en Comercio Exterior).


Comenzó NACHO TOLEDANO agradeciendo a los Ponentes su asistencia. Seguimos adelante con este proyecto de encuentro entre opiniones que pretende ser LA VOZ LIBRE DE LA REVOLUCIÓN. Explicó que el tema elegido para la discusión de hoy -Los Caminos de la Insurrección- es un tema eminentemente práctico, que versa sobre líneas de actuación política y sobre utilización de nuestros recursos. Por eso, la organización del Debate de hoy ha tenido problemas a la hora de elegir y convocar a los Ponentes. Porque faltan personas dentro de nuestro entorno político que se planteen la solución de estas cuestiones importantes de orden práctico. Desde la Mesa Nacional para la Revolución se hizo un planteamiento sobre la cuestión hace ahora un año. Se pensó que, como primera medida al respecto, deberíamos contar con un bloque unido de activistas capaces de defender los postulados de nuestra Revolución en estos momentos difíciles de España. Sobre todo si nuestra voz debía ser escuchada dentro de un eventual movimiento social, que pudiera surgir a raíz del deterioro de las condiciones políticas y económicas españolas. Un bloque unido que nos diera cierta capacidad de maniobra dentro de una posible situación revolucionaria. Como línea de partida, cuestiona a los Ponentes sobre si esta idea sigue siendo válida pasado un año o si debemos transformarla. El eje del Debate de hoy debería pasar no sólo por saber si podemos poner todavía en marcha algún tipo de insurrección ciudadana en cualquiera de sus formas, sino en los instrumentos posibles para hacerlo. Personalmente, se muestra muy pesimista al respecto y opina que tenemos muy limitada la capacidad de maniobra.

(En la foto, un momento de la intervención de Israel Galve). Empezó la ronda de intervenciones ISRAEL GALVE comparando nuestra situación política con un largo y oscuro túnel. Muchos dicen que llevamos años y años en un túnel oscuro del que no se ve la luz de la salida. Sin embargo, él duda que hayamos empezado -ni tan siquiera- a recorrerlo. En el momento actual, no estamos preparados para ninguna clase de actuación insurreccional. Por tanto, no seríamos capaces de llevarla a efecto: ni nosotros solos -por supuesto- ni mediante nuestra adhesión a cualquier movimiento que pudiera tener lugar fuera de nuestro entorno político. No somos capaces ni de ponernos de acuerdo entre la mayoría de nosotros en torno a una serie de criterios mínimos. Centrándonos en el tema del Debate, deberíamos comenzar definiendo claramente lo que se entiende por insurrección. El la entiende como cualquier clase de levantamiento, sublevación o rebelión de una colectividad -más o menos amplia- contra el poder establecido. Contra el Sistema. Este levantamiento puede tener diversas formas, que irían desde las que consisten en una simple contestación ciudadana hasta las que basan en la lucha armada. Todas estas formas de actuación tienen un denominador común: un mayor o menor apoyo popular. Y como no hemos sido capaces de concitar ningún grado de apoyo popular, esta perspectiva de rebelión es, sencillamente, imposible a fecha de hoy. El piensa que aquí esta el verdadero quid de la cuestión, no en el hecho de si somos pocos o somos muchos -piensa que siempre es posible organizar grupos operativos más o menos extensos de militantes- sino en la circunstancia de no poder influir de forma positiva en la sociedad al día de hoy. Citando a Leon Degrelle, explico que todas las cosas grandes se han iniciado siempre por un pequeño grupo de personas. Piensa que, aún dentro de nuestras distintas organizaciones y partidos, no contamos al día de hoy con un suficiente grupo de militantes capaces de todo sacrificio. Del sacrificio personal que, indudablemente, comportan las situaciones revolucionarias. Es esta ausencia general de sacrificio la que nos ha llevado a estos momentos de total inoperatividad política. Cerró su intervención con un recuerdo -Abril de 1.521- a los Comuneros de Castilla como ejemplo práctico de lo que está diciendo. Sacrificio y Rebelión contra un Gobierno fuerte y poderoso. No podían vencer, pero influyeron en la conciencia social y política castellana de la época. Padilla, Bravo y Maldonado nos muestran que, a pesar de ser derrotados, es posible hacer algo siempre que se cuente con una firma decisión de llevarlo a cabo y con un indudable espíritu de sacrificio por encima de cualquier otra consideración. Por eso, se muestra -más que nunca- pesimista sobre nuestra capacidad real de actuar. No sólo por una absoluta ausencia de medios materiales y humanos, sino porque es preciso un cambio de actitud personal en nuestros militantes que, al día de hoy, no hemos sido capaces de formar.


(En la foto, Miguel de Rodríguez durante su intervención). Le siguió en el uso de la palabra MIGUEL DE RODRÍGUEZ. Antes de centrarse en el tema de Debate, debería ser aclarada la cuestión de si es -o no- necesaria al día de hoy una hipotética insurrección nacional.  Dice que a él no le gusta el concepto de mundo occidental y prefiere el de Cristiandad. Partiendo de aquí, señala los grandes problemas que, a fecha de hoy, afligen a la Cristiandad: prima de riesgo, Euro, Bancos, modelo de Europa... y cabe preguntarnos si todo estos problemas son puramente económicos o si, por el contrario, no son más que el reflejo de un mal mayor, de una situación negativa más amplia y subyacente. El análisis de estas circunstancias sociales, políticas y morales se hace necesario para cualquier actuación política práctica subsiguiente. Entroncando con lo que aquí se dijo en el pasado debate -creo que fue Luis López Novelle- estudiar las causas y analizar los efectos como punto indispensable de partida de cualquier empresa colectiva. Debemos definir cuál es la España que queremos, como paso inicial de cualquier iniciativa política. Entiende que los actuales problemas económicos no son más que manifestaciones de un marco más amplio. el llamado Sistema. Llegados a este punto, resulta evidente la necesidad de transformar el Sistema no sólo como imperativo moral o revolucionario, sino como única vía de solución real de los problemas que afectan a nuestros ciudadanos. En este sentido, cree necesaria esa insurrección cívica o ciudadana. Después de ello, debemos preguntarnos si, en la Europa de 2.012, se dan las condiciones para que esta transformación se produzca. Si existen condiciones objetivas -pura terminología marxista- para que esta actuación revolucionaria se produzca. En principio, todo parece indicar que sí. La situación económica es tan lamentable que, sin duda, resulta una justificación más que suficiente como para empezar a organizar fuertes movimientos de oposición nacional. Sin embargo, esta conclusión es engañosa. En toda Europa están experimentando un fuerte ascenso -tanto electoral como de apoyo social- opciones políticas y partidos de corte nacionalista y alternativo. Dejando al margen la cuestión de si esa clase de opciones políticas son a las que deberíamos tender en España -él como falangista entiende que no- lo que le resulta evidente es que estos partidos se mueven dentro del Sistema, y ajustan sus parámetros de actuación a las directrices básicas del mismo. No pretenden -como nosotros pretendemos- una transformación radical e íntegra de la sociedad. Juegan al mismo juego que el resto de partidos del Sistema. Por esta razón, parece como que el propio Sistema ya haya previsto su misma aparición. En términos económicos, ha descontado sus movimientos como si se tratara de un broker, anticipando sus movimientos y causas, minimizando los riesgos y capitalizando sus resultados. Lejos de suponer un triunfo, estas opciones supondrían -por tanto- una derrota en toda regla de cualquier aspiración a un cambio real de la sociedad. Se trata de movimientos políticos plenamente enmarcados en el Sistema al que nunca transformarán de una forma revolucionaria. Sin embargo, ello no anula las dos premisas de las que hablamos: de la efectiva necesidad de una insurrección revolucionaria y de la existencia de condiciones políticas, sociales y económicas para ello. Partiendo de aquí, cabe plantearse si nosotros somos capaces de iniciar esa insurrección. La respuesta debe ser tremendamente negativa, y de óptica muy pesimista. Hemos intentado toda clase de estrategias y métodos para tener una estrategia diferenciada y existosa: ser más azules, menos azules, más pardos, más negros o mediopensionistas. Seguimos mirándonos el ombligo en tertulias y debates como este, olvidando que el objetivo verdadero es la transformación de España y el bienestar de su pueblo. No conectamos con la realidad social de España y no tenemos ningún apoyo popular. Sexo de los Angeles y una endogámica violencia que produje sonrojo. Ello lleva al ponente a pensar que tal vez pudiera existir una explosión de ira espontánea y de base popular y desorganizada. Al igual que ocurrió en España en 1.808 -honor eterno a nuestros Héroes de la Independencia- sin líderes claros y sin una organización sofisticada. Gente cansada de la situación de injusticia profunda que estamos padeciendo. O eso o una alternativa patriótica organizada a la manera europea y controlada plenamente por los hilos del Sistema. Si no somos capaces de organizar algo eficiente y positivo, él sólo ve esas dos alternativas en la España de hoy.


(La intervención de Enrique Uribe). Le siguió en el uso de la palabra ENRIQUE URIBE. Al hilo de la intervención de Miguel de Rodríguez convino en la necesidad de un estudio más profundo de las tácticas y objetivos de estos movimientos europeos que están alcanzando pujanza electoral a raíz de la recesión económica y de los nuevos modelos sociales y económicos europeos que se están perfilando. Conviene en que, como falangistas, esos movimientos nos ofrecen un nulo interés político, ya que están propugnando esquemas sociales y económicos con los que no podemos estar nunca de acuerdo. Se mueven dentro de los límites del Sistema y es cierto que nunca lo transformarán. Nosotros aspiramos a hacer una Revolución, y ellos no. lo que ocurre es que estos movimientos pueden tener un marcado interés político para nosotros como esquema organizativo o como ejemplos de utilización efectiva del mensaje o de la utilización de recursos. El fenómeno francés de Marine Le Pen y del Frente Nacional -que lleva lustros instalado en la política interna francesa- nos indica como pequeños y grandes partidos y organizaciones muy distintos entre sí y con distintas ideologías políticas -desde integristas católicos a neonazis y skins, desde partidarios de Petain hasta corrientes paganas y esotéricas- han sabido coordinarse en una sola organización y dar la batalla política de forma eficaz. Como han pasado de ser grupos y partidos pequeños de interés marginal a una fuerza política de primer orden. La insurrección necesita instrumentos políticos que la planifiquen y la dirijan. A su modo de ver, una de nuestras carencias más palmarias es una total falta de estrategia política. No sabemos a dónde vamos o a dónde queremos ir políticamente. Ello tal vez sea causa de nuestra falta absoluta de recursos y medios. Nos conformamos con acuerdos políticos que, aunque importantes y valiosos y muy positivos -como el último acuerdo alcanzado entre FEJONS y FALANGE AUTÉNTICA- tienen un limitado alcance táctico, o nos conformamos con poder concurrir a tales o cuales Elecciones o a organizar una raquítica campaña de adhesivos o carteles. Nos falta, a su entender, una más amplia visión de conjunto, obtenida a través de una fijación clara de unos cuantos objetivos viables dentro de un marco estratégico. Nosotros no sólo somos pequeños y operativos, sino que tampoco somos capaces de una organización coordinada que pudiera hacer política con alguna garantía de efectividad. Grupos pequeños cuyo defecto, en un número grande de ocasiones, viene motivado por ser considerados como grupos de amigos y no como una normal reunión de correligionarios. Pequeños grupos que, cuando surgen discrepancias políticas, no saben canalizar este debate y lo convierten en algo personal y eternamente enquistado. Uribe cree que son posibles dos modelos organizativos básicos: o un gran partido uniforme y monolítico en el que militáramos todos, o un movimiento amplio basado en la creación de redes sociales y políticas. El se muestra partidario de la creación de una Red en la que todos -proveniendo de actividades o sectores distintos- podamos trabajar en una sola dirección. Puso el ejemplo de Ediciones Barbarroja como editorial falangista. Ellos venden libros nacionalsindicalistas y, muchas veces, se les han acercado personas a preguntar por alguna organización para afiliarse o, simplemente, buscando más información sobre nuestras actividades públicas. Ellos pueden orientarle a un sitio o a otro, pero no existen criterios claros que permitieran canalizar esa demanda hacia lugares determinados de antemano. Con ello, se entronca con otro de nuestros grandes problemas: el de la falta de contrapartida entre los recursos utilizados y la obtención de réditos políticos. En los últimos años -principalmente en la etapa de Cantalapiedra en La Falange- existieron importantes movilizaciones falangistas en la calle. Manifestaciones con éxito en la convocatoria que, sin embargo, luego no se traducen en un aumento de afiliados o de ayuda económica. Entiende que en nuestros actos públicos o bien falta más información o bien es defectuosamente ofrecida a los asistentes al mismo. En estas condiciones, él tampoco cree que podamos influir lo más mínimo en cualquier movimiento insurreccional que pueda surgir de la actual situación política española. Tampoco cree que pudieran darse grandes movimientos en esta dirección, y sea cuál sea su procedencia ideológica. Dice que la Monarquía tiene más posibilidades de caer a raíz de los ataques en la televisión de Jaime de Peñafiel que a raíz de una movilización social y popular. 


(En la foto, Rebeca Morodo). Tomó la palabra REBECA MORODO. Ella sí que piensa que algo puede pasar. Es más... cree que debe pasar. La situación económica es prácticamente insostenible, y empeora cada día sin una solución a corto plazo. Estas tensiones políticas y sociales van a desembocar en una nueva situación política mundial. Tal vez no podamos determinar todavía el rumbo o el signo de esta nueva situación, pero sí es cierto que existen unas más que evidentes líneas de cambio dentro del mundo occidental. Y es en esta situación donde existe una sensación subyacente de rebelión. A nadie se le oculta que existen fuerzas políticas y sociales que, de carácter alternativo, están buscando la oportunidad de plantear una insurrección abierta frente al Estado. Nosotros no podemos iniciar esa rebelión porque -como ya se ha dicho a lo largo de las brillantes intervenciones de esta mañana- no estamos ni mínimamente preparados para ello. Del mismo modo que no sabemos con exactitud cómo es la nueva Europa que está surgiendo de la crisis capitalista, tampoco podemos determinar exactamente cómo podría ser este movimiento de rebelión o qué formas adquiriría. Lo que se ha visto hasta ahora es que estos actos de rebeldía cívica tienen lugar por medio de acciones callejeras que buscan presionar al Estado en determinados momentos puntuales. Se busca que esta presión tenga un carácter más o menos continuado, dependiendo de la fortaleza interna de estos movimientos el poder persistir en esa presión o, por el contrario, tener que abandonar, perder vigencia y desdibujarse en un gran número de corrientes y sectores. 2.012 pasará a la Historia por ser el año de las movilizaciones populares que consiguieron objetivos políticos. Desde las distintas Primaveras Arabes en el Norte de Africa hasta los distintos movimientos indignados de corte europeo. La postura que ella tiene ante estos acontecimientos políticos es doble. De un lado, cree que estos movimientos son inspirados y guíados por el propio Sistema con el objeto de crear -o acelerar- cambios geoestratégicos que estima convenientes. Esto ha debido ser así en el Norte de Africa, donde asistimos a la caída de Regímenes muy antiguos que son sustituídos por modelos, en principio al menos, más proclives a un entendimiento económico y político con Occidente. Sin embargo, y como contrapartida, entiende que inician procesos sociales que en un momento dado, pueden desvíarse de lo inicialmente planeado. Es el famoso a río revuelto ganancia de pescadores. En España, el 15-M dividió a los falangistas. Nuestros sectores más reaccionarios mostraron públicamente su oposición al movimiento, mientras que el nacionalsindicalismo más vivo y actual lo apoyó. Nosotros -evidentemente- no tenemos fuerza para iniciar ninguna revuelta de esta clase. Está por analizar si podríamos trabajar políticamente dentro de una revuelta futura que pudiera ser semejante al 15-M. Ella entiende que eso no puede saberse al día de hoy, porque no sabemos ni el signo ni el volumen que esta acción insurreccional pueda tener. Se muestra partidaria de ir adaptándonos a las circunstancias a medida que las mismas se vayan produciendo. La Mesa Nacional por la Revolución partía de una premisa estratégica viable: dado que va a existir una revuelta social, y dado que no tenemos fuerza ni para iniciarla ni para encauzarla nosotros, debemos contar con un bloque humano -activistas militantes dirigidos coordinadamente- que nos permita estar dentro de esta insurrección. Bien para apoyarla y colaborar con ella activamente, bien para rechazarla y poder esgrimir nuestras tesis políticas al respecto. Esta tesis puede ya no ser válida. En primer lugar, porque no tenemos claro dónde y cómo va a producirse ese hipotético estallido y, en segundo lugar, porque no contamos con esa base humana militante capaz de lanzarse a la calle. Y ello por las razones que han apuntado antes los Camaradas que me han precedido en el uso de la palabra, con los que estoy plenamente de acuerdo.


(Intervención de Angel Espinosa). Terminada esta primera ronda de intervenciones, se concedió a la palabra a los asistentes, empezando la fase de debate. Tomó la palabra ANGEL ESPINOSA opinando que trabajar dentro de un hipotético movimiento insurreccional al estilo del 15-M es imposible para los partidarios de nuestra Revolución. Estima que, en la práctica, una rebelión ciudadana de gran calado -y previsiblemente controlada por grupos de la extrema izquierda- supondría una seria amenaza personal -incluso contra nuestra vida- contra lo que queda de nosotros. Tiene la opinión de que, aunque en la calle se estuviera luchando por las mismas cosas que nosotros estamos preconizando, los grupos de la izquierda más radical aprovecharían la situación para ajustar unas cuentas que llevan largo tiempo haciendo. Insiste en el hecho de que mientras nosotros hemos abandonado hace lustros el lenguaje de la violencia, ellos no lo han hecho. Siguen expresando los mismos conceptos de agresión guerracivilista de siempre. Concluye que, moviéndose como se moverían estos grupos políticos extremistas dentro de todo movimiento ciudadano de gran calado, existiría no sólo un bloqueo a cualquiera de nuestras propuestas políticas, sino también una situación de agresión armada. Opina ISRAEL GALVE que él no sería tan pesimista dentro de ese eventual escenario político. Si bien es verdad que coincide en el análisis de los ataques que se producirían desde la izquierda, con el evidente coste humano y político que se produciría, también es cierto que una situación de rebelión de esa clase introduciría una serie de fisuras en el Sistema que podríamos aprovechar. Indica que la situación mala es la que existe ahora: un modelo político férreamente vigilado y conservado monolíticamente por las instituciones que lo sostienen. Si el modelo político se tambaleara, podríamos tal vez actuar. En este sentido, y reconduciendo un poco el debate al asunto central, es posible que la polémica esté entre si -en estos tiempos turbulentos de recesión económica- preferimos una organización tradicional al uso o una organización pequeña de pocos y muy disciplinados militantes. Para RAQUEL GARCÍA (responsable del Sindicato TNS de Malaga), es imposible compartir actuaciones políticas con la izquierda radical, y es necesario deslindar perfectamente nuestra propuesta política de la suya. Ni ha existido un entendimiento político en el pasado ni podrá existir en el futuro, aunque pudiera sobrevenir una situación de desorden revolucionario. Entiende que los pequeños grupos disciplinados pueden llevar a la solución de la clandestinidad. La clandestinidad nunca ha funcionado bien en nuestro entorno político, ya que no tenemos capacidad para llevar a cabo una acción política de esta clase, tal y como demuestran varios y llamativos ejemplos en el pasado. Cree ANGEL ESPINOSA que tampoco es viable la solución clandestina, terrorista o guerrillera en España. Dejando de lado el más que evidente aspecto moral de la cuestión, no existen recursos humanos ni materiales para llevarla a efecto con éxito. 


(Intervención de Raquel García). Analizó MIGUEL DE RODRÍGUEZ la situación que, al respecto, gozan los militantes clandestinos del entorno terrorista y separatista vasco. Los terroristas cuentan con medios materiales de sostenimiento para sí y sus familias, apoyo legal constante y gratuíto, medios de estudio y de aprovechamiento personal si son encarcelados y una red de apoyo vastísima. ENRIQUE URIBE cree que, salvo llamativos ejemplos como el irlandés de 1.921, el cubano de 1.959 o el nicaragüense de 1.979, no se han producido victorias completas a través de las insurrecciones armadas en la Historia Contemporánea. Todo lo más se han conseguido ventajas políticas de contenido limitado. Moralmente, no somos como ETA, tal y como resulta obvio. Nos falta organización humana y material para que pueda darse con éxito la vía de la clandestinidad, de la que él nunca ha sido partidario. Insiste en que la clave está en la formación de redes: editoriales, organizaciones políticas, asociaciones deportivas y culturales, medios de comunicación. La izquierda durante el franquismo nos ofrece una buena referencia de actuación. REBECA MORODO cree que la clandestinidad conduce a los movimientos políticos a callejones de difícil salida. Ofrece mayor utilidad el estudio de lo que está ocurriendo en Europa en torno a las opciones políticas que se están enfrentando a los grandes partidos tradicionales. Analizar cómo han sido capaces de estructurar esas organizaciones y cuál ha sido tanto su mensaje como la forma de transmitirlo. 


Para FERNANDO TRUJILLO la creación de una red social debe ser compatible con la existencia de un llamado núcleo duro dirigente. La estrategia de cualquier red que pudiera formarse debe ser coordinada por un grupo dirigente capaz de tomar decisiones rápidas ante circunstancias políticas cambiantes. Otra discusión que puede abrirse es si queremos una organización férreamente dirigida por un pequeño núcleo duro que unifique posturas y consiga una actuación pública e interna unitaria, o bien podremos coordinarnos con una llamada confluencia de intereses. Una red unida por un interés común en determinados puntos esenciales o a través de la acción de un núcleo dirigente. Terminando con respectivas conclusiones de los presentes, terminó esta SEGUNDA MESA DE DEBATE DE "CUADERNOS PARA LA LIBERTAD". Seguimos adelante con esta ronda de opiniones y debates dentro de nuestro entorno político. Un espacio de coincidencia y libertad. La Tercera Mesa, a sugerencia de nuestro querido y respetado LUIS LÓPEZ NOVELLE tendrá lugar muy pronto bajo el título MOVIMIENTOS SOCIALES Y UTOPÍA. En esta ocasión, esperamos profundizar en alguna de las materias que ya están siendo brillantemente esbozadas en las ediciones anteriores.